lunes, 25 de abril de 2011

Los desconocidos son amigos...

Los desconocidos son amigos a los que nunca nos han presentado.
Walt Whitman.


A mí la gente no me gusta. Así, en general. En grupo pueden producirme auténtico pánico. Pero no se me nota, nunca se me nota, porque hablo mucho para no decir nada y porque, cuando estoy aturullada intentando cuadrar mi idea con la realidad que tengo enfrente, me largo a un bar, me tomo un ron, me tomo otro y se me olvida el miedo. O no. Pero lo parece.


Ha habido ochenta. Ochenta, ochenta y algo. A la inmensa mayoría ni les había leído. A otros sí y nunca tuve de ellos la imagen que otros mantienen. Llegó mi capitán, con esas manos que hablan y que no he podido retratar. Y llegó Carlos, por supuesto, Gayolopez. Y nos reconocimos. Al final siempre reconoces a la gente. A los que te gustan.


Jamás hubiera podido encontrarlos de otra manera. De pronto te encuentras tomando un café con alguien que te desbroza y te recuerda que si les das importancia a algunos, lo que estás haciendo sin pretenderlo es otorgarles poder. O caminas hacia el hotel, los pies doloridos, contando cómo funciona el mundo en el que estás. O asistes a una explicación sobre tarjetas de color y cartas grises, con esa manera que tiene Neus de contarlo todo tan claramente. Te despiertas porque Jocana te despierta ("los de Badajoz también duermen"), abrazas dos veces a Amparito en la despedida, intentas aprender un poco de valenciano mientras te ríes, compartes muchos ratos con Vigape para descubrir que su frialdad es timidez y ternura y escuchas a Joan Carles tocar el clarinete.



Nos vemos en el foro, dicen. Y es cierto. 

Me faltan fotos. Tendría que haber bailado un pasodoble con Pacosoriano (aka Pacocoñocallate) y haberme despedido de Pilar. Me quedo con las ganas de que me cuenten ciertas historias, aunque me haya venido con la del quarterback y la rubia, y lo demás. Un hijo escritor, una relación de 42 años, algunos gaperos reunidos, Gomendio acogiendo a todo el mundo, Begoña abrazándome antes de estallar, Javiermol (aka Mol) dándome mistela y descifrar qué quiere decir la firma de Megacampiona. Y la comida con Ramón y Cani, Carmen nombrándome mascotas; las gotas de la lluvia, el agua cayendo, el Vostell con mi cámara muerta, Vigape y yo escapándonos al lavadero de lana, Jocana intentando apresar el conceto que llevó a Vostell a hacer todo eso y los chistes del último día, Venexia fumando sin parar (organizar la próxima quedada es un palo que solo se calma con tabaco), las parejas que han creado el foro y las quedadas, lo interesante que es José Luis con sus catorce años y las ganas que tengo de volver a retratar a Nekane y la investidura de Urko como Pecanor. Mucha gente, muchas anécdotas, pinceladas que se volverán a repetir, o no, en próximos encuentros. Sin saber qué saldrá de todo esto, después del cansancio y de las fotografías.

Ha estado muy bien. Y ha parecido tan corto...

Otras crónicas: La de Urko.

9 comentaron:

Alejandro R. García dijo...

Buena crónica. Me hubiese gustado poder ir.

Carlos dijo...

Solo se me ocurre mandarte besos, y decir que es un orgullo tenerte entre la gente con la que sé que puedo contar...hay gente que conoces desde siempre, aunque pasen años hasta que te encuentras, y eso es por que llevas trocitos de ellos dentro.

Srta Bradshaw. dijo...

Cómo escribes, nena. Es una maravilla leerte!!

Unknown dijo...

Resumiendo, que os lo habeis pasado de vicio.

Nos vemos en Valladolid, sí o sí, no hay excusas.

Un besazo.

Manuel Barranco dijo...

Qué bien escribes, Viajes.
Y qué subidón tenías. Me tenías preocupado...

Los viajes que no hice dijo...

Ale y a mí me hubiera gustado verte allí. Como a Miguel.

Carlos... ;-) Lo mismo digo. Exactamente igual. Ya nos daremos un paseo por Madrid, cámara al cuello...

Carrie, me encanta verte por aquí. Muchas gracias, guapa.

Manolo, nunca sé cómo voy a reaccionar ante tanta gente de golpe... :(

Mertxe dijo...

Ha sido un placer compartir contigo mis dias de descanso. Desde que te he conocido en persona, yo quiero ser extremeña como tu :-) con salero y energia por los cuatro costados.
Olga, aqui tienes a una amiga.

Anónimo dijo...

Ya sabes querida, no hay nada que no arregle (o desarregle)un trío de chupitos de ron.

Father

Los viajes que no hice dijo...

Mertxe, y aquí también. Un beso, guapísima.

Father, nos los tomaremos algún día.