sábado, 11 de diciembre de 2010

Despedida



Me he despedido de Bryant Park, con un concierto de piano. Esta noche hay ópera. También esgrima y yoga, gratis. He ido a Grand Central y al Chrysler (con ese vestíbulo tan impresionante y unas pinturas que parecen de Thomas Hart Benton y son de Edward Trombull), a ver el Daily News y Sniffen Court, con el portón cerrado. En la calle hay un cartel: What's your story?. Un concurso, creo recordar, para que cada cual escriba lo que quiera. Yo me acuerdo de Roy, por uno de los primeros mensajes que le leí, hace mucho tiempo, y sonrío mucho. Ya debe de haber llegado.



Cuando estaba en Bryant Park, he decidido comer en Legal Grounds. Me vuelvo a Jersey. Esta mañana ha hecho buen tiempo y he salido al jardín. Hablamos y hablamos. Robert me ha despertado con una llamada: he dormido cuatro horas, ayer llegué tarde, pero no me importa. El rito diario de hacer correr a Boule. No hay tiempo para hacer fotos: el viernes, promete. Aunque luego, como siempre, revisará y borrará las que no le gustan.



Cuando estoy con Boule, en casa, después de comer, comienzo a escribirle. Y decido no volver a Manhattan y quedarme mañana con los niños. A pesar de Harlem. A pesar de Bond Street. A pesar de todo lo que no he hecho.

Cuando llega, le regalo un libro de cocina vegetariana y un marcapáginas con un proverbio danés: de la Strand.

El camino a la casa de un amigo nunca es demasiado largo.

15 de septiembre.