domingo, 3 de octubre de 2010

Theater District

El Path funciona con una tarjeta de Metrocard que no sea de viajes ilimitados (te cobran el máximo, pero la barata no aparece en las máquinas, más que para recargar. Y yo no tengo una SmartLink). Creo que pasan diez intentos hasta que me admite la tarjeta. Lo bueno, sí, es que las máquinas expendedoras están en español. Me deja en la calle 33 y voy a arrasar B&H. Compro un objetivo de focal fija con su parasol y su filtro correspondiente, dos correas de neopreno que serían estupendas si no tuviera ya el cuello quemado, dos cabezales para el GorillaPod. Es curioso, pero me siento como cuando voy de visita a casa de Nerea y ella está trabajando y yo camino por el Madrid conocido. No, no es porque conozca Nueva York: mi memoria visual es penosa. Es porque el tiempo cunde aquí de una forma muy elástica: a las seis de la mañana es el sol el que me despierta, saludo a Robert, le cuento el día de ayer, sacamos a Boule, volvemos a casa, me ducho y voy al Legal Grounds: el rito diario.





Después de B&H me voy al primer lugar que encuentro para probar el objetivo, cambiarle la correa a la cámara y marcar los puntos de interés en la Moleskine. Dos horas después, sólo he visto Bryant Park y la New York Public Library.



Me he enamorado de Bryant Park. Hay mesas y sillas por doquier, un espacio para jugar al ajedrez, un tiovivo precioso para los críos y un juego de petanca en el que mayores y jóvenes (algún adolescente), mujeres y hombres de varias etnias, llevan horas intentando acercar las bolas de hierro a la pelotita de goma roja. Y aquí estoy ahora, mirándolos.




He comido en Le Pain Quotidien. Hummus, babaganoush y taboulé. Están restaurando la Biblioteca de Nueva York: el edificio principal, flanqueado por Paciencia y Fortaleza (no sé quién es uno y quién es otro, pero los fotografío a los dos) está cubierto de lonas. Dentro, sólo hago fotos a la zona de los pasillos. Entro en las salas de lectura tan despacito que creo que logro el efecto contrario al que pretendía, porque todo el mundo me mira y me sonríe. En la puerta de una de ellas hay una cita que me emociona: "A good book is the pretious life-blood of a master spirit, imbalm'd and treasur'd up on purpose to a life beyond life", aunque sólo capto el sentido, porque soy incapaz de traducirla del todo.



En la tienda de la Biblioteca compro una compilación de poemas sobre Nueva York, con versos de Walt Whitman, Herman Melville, Wallace Stevens, Dorothy Parker, Marianne Moore, Auden, Elizabeth Bishop y un puñado de gente más a la que amo. Y un sinfín a los que no he leído nunca. Me queda una larga caminata por delante y sigue haciendo un calor de mil demonios.

31 de agosto.

Fotos: Leyendo en Central Park, la Biblioteca Pública, el juego de petanca de Central Park y de nuevo la Biblioteca (interior). Son mías. 

8 comentaron:

Luc, Tupp and Cool dijo...

Muchacha, te leo con envidia. Y encima comprándote objetivos y cosas de esas. ¿Los poemas están en inglés o en español? Impactante la frase de la biblioteca.

Los viajes que no hice dijo...

Tupp, quedan un sinfín de crónicas por colgar. Estuve hasta el 17 de septiembre, así que imagínate... Los poemas están en inglés: me he apuntado a inglés, a primero (para no tener que estudiar y afianzar los flecos gramaticales que me quedan por afianzar) y estoy muy ilusionada y practicando...

También me compré otros varios libros: ya iré contando cuáles.

JC dijo...

La foto de la chica leyendo me gusta, se parece a las de mi serie serenity. Yo la hubiera sacado a un lado...

Muy chula la foto de la biblioteca. Yo me quedé sin entrar!

Los viajes que no hice dijo...

Está sacada a un lado, Juan Carlos. El problema es que en el lado de la foto había un brazo de un tío... :( y la recorté.

Anónimo dijo...

Nena!!!

¡Qué chulas las fotos! ¡Qué ganas de poder ir yo también!

Me gustaría que me explicaras esos de las correas de neopreno, ¿porque dos? Es que quiero cambiarme la mía y estoy esperando ha estar allí!

Merci guapa!

Los viajes que no hice dijo...

Dos: una para mí, otra para mi cuñadísima.

Una correa de neopreno es indispensable para una réflex. Con las que vienen con las cámaras, al final, te roza si estás todo el día con ellas. Yo tenía el cuello en carne viva. Con la de neopreno, que es muy blandita, feliz.

Anónimo dijo...

Uoo! Entonces me las miraré de neopreno... Es que la que tengo es una kk porque roza, como tu bien dices. Pero además, yo tengo la manía de cuando no estoy usando la máquina cruzármela en un lado y claro, con el abrigo no me cabe...

¿Cuánto te costaron? Si no es mucho preguntar :)

Dos semanas nada más...

Un beso nena!

Los viajes que no hice dijo...

No tengo ni idea, porque las compré con dos cabezales para un trípode, un filtro, un 50 mm con su parasol... Pero en la página de B&H tienen que aparecer seguro.