viernes, 29 de octubre de 2010

Nocturnas en Jersey

He vuelto a casa y como Wasabi Peas, que realmente quitarían toda la sinusitis del mundo: es un sabor nuevo y curioso. Salgo a hacer fotos nocturnas: no sé qué tal habrán salido pero supongo que, si no se amplían mucho, hasta darán la sensación de que no están movidas, cosa que dudo porque hacía un viento que ni con peso en el trípode. Además, no sé dónde he acabado pero no era el lugar de ayer, aunque también ofrece vistas interesantes de Manhattan. Habrá que ir una mañana, después del desayuno en Legal Grounds.



Dentro de tres cuartos de hora sacamos a Boule, que ha ido hoy al veterinario. Le he cogido mucho cariño a ese perro tan bueno, que me recibe moviendo el rabo y se acerca timidillo para que le acaricie. Lo dejaron abandonado, estaba en un solar y el dueño del solar, un gallego, le daba de comer, pero ha debido de pasarlo muy mal. Ahora está mimadísimo y me gusta que así sea, porque es, realmente, un animal muy noble.



Un animal muy noble al que su dueño acaba sacando a las dos de la mañana, sin mí, porque se ha quedado dormido.

7 de septiembre.