viernes, 12 de marzo de 2010

Miguel Delibes



Este señor lleva en mi casa desde que nací. Desde antes de nacer yo, vive este señor en mi casa. Primero, en la habitación de mi madre. Luego, en la mía. Todos sus libros, todos, todos, sin faltar ni uno, uno detrás de otro, en ediciones de bolsillo y lujosas, con las páginas amarillas y como si se acabaran de recién comprar. Puedo recitar sus títulos uno por uno, de memoria. Y recuerdo, como si fuera ayer, la primera vez que lloré con Señora de rojo sobre fondo gris, que me parece el más íntimo relato de amor que haya escrito alguien jamás: "Nos bastaba con mirarnos y sabernos. Nada nos importaban los silencios. Estábamos juntos y era suficiente". "Ahora no tendré a nadie a mano cuando me asalte el miedo".

Señor: le espero a almorzar en mi camareta a la una del mediodía.

Imagen de Daniel Mordzinski.

9 comentaron:

Anónimo dijo...

Miguel Delibes: 'No deseo más tiempo. Doy mi vida por vivida'

Isabel Sira dijo...

A mí me recuerda a mi tía, que le gustaba tanto que me regaló una edición muy vieja que tenía ella de 'la sombra del ciprés es alargada' porque para ella era un tesoro y quería que lo fuera para mí...

Manuel Barranco dijo...

Amen, Viajes

Suntzu dijo...

Una lástima y una pérdida enorme para la literatura. Una delicia leerle. Yo esoty ahora con El camino en clase y da igual las veces que lo lea, me encanta su visión del mundo y cómo nos la hace llegar.
Descanse en paz.

Luc, Tupp and Cool dijo...

Sí. Un escritor enorme.

Hay una frase que se le atribuye, no si cierta o apócrifa. Más o menos así:

Alguien le preguntö: "Don Miguel, ¿qué recomienda usted a los jóvenes para que aprendan a escribir bien?". Y él contestó: "Que lean con mucho detenimiento el Código Mercantil. Verán cuánto puede cambiar una frase moviendo de sitio un punto o una coma".

Yo no tengo todos sus libros, pero sí algunos. No estoy segura de haberlos leído todos, pero sí muchos. Y creo que algunos de sus personajes forman parte de mi vida: El Mochuelo. Régula y Paco el Bajo. Eloy, de la Hoja Roja. Pedro, de la Sombra del Ciprés. Quico, el chavalín del Príncipe Destronado...

Un grandísimo escritor. Sobrio, profundo y con una fuerza para los caractereres increíble.

Y un hombre honesto, profundamente honesto, muy lejos de estos mercachifles profesionales -mercenarios no sólo de la pluma, sino de la reacción- que pululan por las portadas de los periódicos lanzando admoniciones, haciendo patria y anunciando su propio libro.

:)

alelo dijo...

A mí me sorprendió que empezara tan tarde a escribir y de dónde partió su vocación. Decía que estudiando Derecho Mercantil (se daba en 4º y 5º, es decir, tenía 22 o 23 años ya) le impresionó el "Garrigues", su redacción, sus formas de girar, su utilización del castellano, etcétera. Y ahí empezó todo, en un libro que es de todo menos romántico, menos novela, menos...

Y después, ya no paró...

Los viajes que no hice dijo...

La Editorial Destino me ha enviado esta carta al correo.

"Miguel Delibes, nuestro padre, hermano y abuelo, decía que había que agradecer siempre las misivas y mensajes, salvo si eran insultantes o amenazadores (que también los hubo en su vida). Con ese criterio, él nunca dejó de contestar una carta. Pero es difícil responder a las innumerables muestras de cariño que hemos recibido estos días.

¿Cómo transmitir hasta qué punto nos han emocionado las palabras afectuosas que han inundado los libros dispuestos por el Ayuntamiento de Valladolid? ¿Podemos buscar una por una a todas las personas que aplaudían el paso del cortejo fúnebre, para decirles que su expresión de respeto y admiración nos puso la carne de gallina y nos arrancó las lágrimas? ¿Lograremos identificar a cuántos han viajado estos días para dar su último adiós al escritor y un abrazo a nosotros, que a veces ni siquiera han conseguido? ¿Y a los miles de maestros y padres que han leído a sus discípulos e hijos unas líneas de sus novelas, o a las personas anónimas que por toda España han colocado flores y espigas en los rótulos de las calles con su nombre?

Intentaremos contestar directamente a cuantos podamos reconocer y localizar, pero somos conscientes de que serán muchos más los que no lleguen a recibir en persona nuestro mensaje. Sirvan estas líneas, por tanto, de agradecimiento general.

Autoridades y medios de comunicación de todo signo han evocado a nuestro padre, hermano y abuelo y nos han tratado a nosotros mismos con extrema delicadeza, comprendiendo, y en muchos casos compartiendo, nuestro vacío y dolor. No saben hasta qué punto nos han consolado y reconfortado, al tiempo que nos hacen aún más conscientes del privilegio que supone llamarse Delibes y del compromiso ético que apareja. Desde el recuerdo más entrañable de Miguel Delibes y de su multitudinaria despedida, muchas gracias a todos.

Familia Delibes".

Me ha emocionado, sinceramente.

Isabel Sira dijo...

Precioso, modesto, increíble en los tiempos que corren. Sí, es para emocionarse.

Los viajes que no hice dijo...

A mí se me han saltado las lagrimillas esta mañana...