miércoles, 23 de septiembre de 2009

Autoridad docente

Maravilloso, le he dicho. Ybris es profesor, jubilado. Escribe maravillosamente bien y yo le sigo, muchas veces en silencio.

Pero hoy enlazo un artículo suyo para que lo lean los muchos amigos profesores que tengo por aquí. Se puede decir más alto, pero no más claro. Habla de la autoridad docente, desde la perspectiva de quien ha pasado más de 33 años dando clases. Se puede leer pinchando aquí.

8 comentaron:

Pilar dijo...

Bueno, bueno... ¡qué bonito!. Me gusta más incluso cómo lo cuenta, lo bien que escribe, que las ideas tan lúcidas que expresa.

Me lo tomo como un regalo que nos haces, gracias por este enlace, y correspondo con otro regalo que no tiene nada que ver y probablemente conoces, pero es que es un poema que me llena de emoción, como para compartirlo.

Un saludo


Conocéis el lugar? ANTONIO COLINAS


¿Conocéis el lugar donde van a morir
las arias de Händel?
Creo que es aquí, en este espacio
donde se inventa la infinitud de los amarillos;
un espacio en el centro del centro de Castilla
en el que nuestros cuerpos podrían sanar para siempre
si tus ojos y mis ojos
mirasen estos páramos
con piedad absoluta
y en donde hasta el espíritu suele arrodillarse
para hacernos su ofrenda
en rosales de sangre.
En este espacio hay un fuego blanco
en el que viene a expirar esa música
que nos llega de lejos, ¡de tan lejos!
¿Conocéis el lugar donde van a morir
las arias de Händel?
Está aquí, en una tierra con más cielo que tierra,
donde los ruiseñores serenan la alameda
y la alameda serena a los ruiseñores,
y con la emanación
húmeda del tomillo más nocturno,
acude un enjambre de estrellas
a venerar la última espina de Cristo.
Es el lugar donde la luz
llora luz,
y la catedral de los cardos
alza su grito de silencio,
y están solas, muy solas, las vírgenes anunciadas,
y el pueblo amurallado y muerto
asciende vivo sobre un horizonte de lágrimas,
no sé si como un salmo
o como una corona de piedras inciertas.
¿Conocéis el lugar donde van a morir
las arias de Händel?
Está aquí, en el centro del centro de Castilla,
donde por los linderos morados
se tensa, como un arco, la luz;
es un espacio en que la nada es todo
y el todo es la nada,
y en el que junio joven viene por los montes
vertiendo de su copa oro líquido.
Es un lugar en el que el espacio y el tiempo
sólo son una hoguera
que arde y que mantiene su combustión
gracias a nuestras vidas (quiero decir:
gracias a nuestras muertes).
La música que más amáis
aquí tiene su tumba.
Es la música que, a través de la respiración de las espigas,
viene a morir en la luz que respiran nuestros pechos.

ybris dijo...

Muchas gracias, amiga, -y naturalmente también a la comentarista precedente- por tan elogiosa como inmerecida alusión a mi sencillo escrito.
Le tomo prestado a Pilar los versos del increíble Colinas y los adapto a estos lugares apacibles donde el espíritu descansa mientras lee:
Hay lugares como estos donde acaban las arias de Händel
o donde descansan como olas apaciguadas en una playa acogedora
o donde, tras escuchar, sólo queda la palabra
Gracias.

Los viajes que no hice dijo...

Sois un encanto, los dos.

migrante dijo...

Me ha encantado la entrada de ybris, gracias por compartirla.
En mis 20 años de docencia no he tenido sus mismas experiencias, quizás por tratarse de universitarios o por pertenecer a un país con otras características, pero igual ahí se viven situaciones difíciles de respeto y tolerancia.
Bso.

Los viajes que no hice dijo...

Migrante, ¿tú no estabas en España? Ybris también. Es que no entiendo lo del país con otras características...

migrante dijo...

Si, actualmente estoy en España, pero mi carrera docente es en Uruguay.
Es lo que tiene tener doble nacionalidad, confundo a todo el mundo con ello.
Bso.

Suntzu dijo...

¡Cómo se nota cuando la gente opina sabiendo de lo que habla!

En alguna cuestión no estoy al cien por cien de acuerdo, pero me ha gustado mucho la reflexión.

Los viajes que no hice dijo...

Migrante, aclarada quedo.

Sunztu, ¿con qué? ¿con qué? Ay, con lo que me gusta a mí un debate...