miércoles, 23 de julio de 2008

No fue el ron

Una cena en la que se mezclaron los grupos, con unas croquetas que sabían a Avecrem y una terraza calurosa que no pisaremos más se transformó en una noche de descubrimientos. Llegaron las charlas con los amigos y el ron, el Matakas con sus carteles de cine de antes de los años 30 y su juke-box en la que escuchar a Calamaro y Los Piratas y un niño perdido que es un encanto con el que intercambié pedazos de mi vida por la suya hasta las seis y media de la mañana. Yo no hablo de libros más que con unas cuantas personas (muy, muy pocas), pero pulularon por allí -les convocaría el alcohol- Oscar Wilde, Stevenson y Dickens. Y el amor, más tarde, y las relaciones y el necesitar muchas charlas para enamorarte de alguien y cómo influye el pensamiento en la cama y la necesidad de escribir y la fortuna de encontrar a una persona con la que puedas ser tú y mantener tus aficiones individuales porque ella también cultive sus pasiones. A veces se produce esa magia porque eres capaz de reconocer a alguien. Y no fue el ron, obviamente, porque yo controlo mucho lo que digo y lo que hago aunque lleve tres Brugales y un tequila en el estómago. Simplemente, ocurrió y hacía mucho que no me quitaba la palabra de la boca un completo desconocido y que no me quedaba con alguien a solas tanto tiempo y disfrutando. Los dos besos del principio de la noche, hola, qué tal, se transformaron en un abrazo grande de madrugada y en la resaca de una charla en la que he pensado mucho, porque no sé cuándo le volveré a ver pero sí que sería un buen colega, otra incorporación a esos círculos que pensé en cerrar un día y que después han permanecido abiertos porque ha llegado gente como él.


Y sí: recuerdo todas las palabras. Y quiero imaginar las que no se han dicho todavía.

12 comentaron:

Portarosa dijo...

¿Cerrarlos? ¡Nunca, Viajes, nunca! Sería cerrarte tú, querida.

Buenos días.

Galerna dijo...

Ay, amiga... ¿Qué tendrán los niños perdidos y las noches del Matakas? Qué te voy a contar que ya no sepas.

Regina dijo...

Qué entrada tan bonita, coño.

Al leerte así tan profunda pensé que te habías enamorado, pero luego he releído. Una, que está con espíritu nostálgico estos días en los que se cumplen aniversarios de primeros encuentros, parecido al tuyo, pero sin carga física.

Un besote... (y ando cariñosa y todo, ¡aprovecha! xD)

Unknown dijo...

Conexiones personales, inesperadas y lindas conexiones personales.

Un besazo

Anónimo dijo...

Poema La Noche De La Perversión de Efrain Huerta

Fue una noche de espanto, la noche de los diablos.
Noche de corazones pobres y enloquecidos,
de espinas en los dedos y agua hirviendo en los labios.
Noche de fango y miel, de alcohol y de belleza,
de sudor como llanto y llanto como espejos.
Noche de ser dos frutos en su plena amargura:
frutos que, estremecidos, se exprimían a sí mismos.

Los viajes que no hice dijo...

Porto, pensé en cerrarlos: estoy harta de contar las mismas cosas. Lo que ocurre es que luego llega gente. Aunque yo no cuente ya más que lo indispensable, que también ocurre. Buenas tardes.

Galerna, eso digo yo: qué me vas a contar que yo no sepa. Ahora, lo que tienen, te lo digo claramente: nada de resaca (y menos mal), mucho sueño al día siguiente y levantarte media hora después de coger la cama porque resulta que la cama te da vueltas y más vueltas... El resto, me lo ahorro. Qué malita, Dios, qué malita. No somos naide: estos cuerpos ya no aguantan una noche de juerga...

Random, qué bonito... Pero no, no me he enamorado: yo soy de cafés, charlas que se alargan hasta la madrugada y... Demonios. Ahora que lo pienso, hace años y años que no me enamoro... Aprovecho tu beso: ¡quiero más!

Ricardo, cierto: inesperadas y lindas conexiones personales...

Anónimo, seas quien seas: gracias por el poema. No lo conocía y me ha gustado mucho... Y define bien, en buena parte, lo que fue esa noche.

Isabel Sira dijo...

Justo hoy pensaba en eso, en la cantidad de veces que he dicho, basta ya, no más, no más gente a la que abrirle el corazón, sobre todo porque sé que acaba habiendo separaciones y duele, me duele mucho. Pero es inevitable. Siempre acabamos encontrando personas que se merecen que volvamos a ampliar el círculo...
Besos guapa.

Los viajes que no hice dijo...

Yo no me lo planteo como que haya separaciones... Simplemente, por hartazgo. Pero al final siempre llega gente que hace que dejes de pensar en el cansancio y te abras de nuevo... Un poco, al menos.

Portarosa dijo...

Pues no les cuentes las mismas cosas. Gente nueva, versión nueva de ti. Prueba. Que las incorporaciones te sirvan para redescubrite (las que lo valgan, claro, que tampoco se trata de hacer el canelo cada día).

Ya sabes, el psicoanálisis, que afecta mucho...

Los viajes que no hice dijo...

Sí, si eso es lo que al final pasa. Lo que ocurre es que pienso que, para entenderme (o por si acaso un día los nuevos amigos y los viejos se sientan en la misma mesa y salen ciertos temas), tendrían que saber ciertos aspectos de mí que ya no cuento, porque me cansé.

CiudadanoK dijo...

Y no cierres jamás tus círculos, porque el mundo no se podría permitir estar sin ti.

La gente como tu hace que la gente como yo crea. Que crea en horas de habitación, que crea en horas donde estoy sólo yo y millones de personajes que bailan, sueñan y vuelan gracias a palabras que casi todos podrían leer pero a las que muy pocos dan forma.

La gente como tu existe para que yo crea que hay gente se emociona hasta la lagrima cuando lee la dedicatoria a Leon Werth por enésima vez o que comparte la maravillosa misoginia de Henry, el amigo de Dorian, con su mejor amiga, si bien yo querría de ella...

Tu existes para ti, para mi y para toda esa gente especial que ve lo extraordinaria que eres siendo tu misma.

Y por eso, gracias por no cerrar esos círculos que un día pensaste clausurar, pues gracias a ese hecho yo puedo decir que tengo la maravillosa suerte de conocerte.

Gracias a ti y gracias a la amiga que un día dijo 'Tengo que presentarte a una amiga que no te puedes dejar de conocer' y lo hizo realidad cuando nos presentó...

P.D.: El Matakas ha cambiado los carteles por otros más poéticos - si cabe -. Una buena excusa para vernos de nuevo ¿no? Aunque acepto cualquier otra excusa y cualquier otro lugar del mundo.

Los viajes que no hice dijo...

No creo que tarde demasiado en volver... Aunque ahora sólo tengo libres lunes, martes y miércoles... Que en Sevilla son tan buenos para salir a tomar un café como cualquier fin de semana.

Qué lindo eres.