sábado, 17 de mayo de 2008

Sin adioses

No sé si es la incertidumbre laboral o son los tangos, pero me acuerdo de ti, demando una despedida, se me enrosca la gente que no me dijo adiós, me corto los dedos delante del teclado, releo textos viejos, charlas irreales, intento convencerme del olvido y vuelvo a ver tu nombre en todas partes.
Las historias que no se cierran se vuelven putas. Es mentira que el tiempo cure: del pasado no se sale ileso. Me exorcizo de la mejor manera que sé. Sin resultado.
Tengo un ritmo lento hecho de memorias, una imagen tuya en mi cabeza y una estocada sin destinatario.

8 comentaron:

Regina dijo...

Y cada vez que caigas te levantarás más fuerte. Aunque te parezca una chorrada optimista.

Recuerda que de tanto pensar en ello llegará un momento en que no importe. Porque ya será tan monótono y tan ordinario que no merecerá tu atención. Y perderá interés. Aunque sólo sea por puro cansancio de que surque tu cabeza día tras día.

Llegará el día en que tú te sientas la valiente y la que tiene el control sobre ti misma.

Isabel Sira dijo...

No veas... Mi adios pareció demasiado un hasta luego como para que consiga deshacerme del pasado y tengo, creo, pendiente aún un algo que no sé cómo haré pero que lo necesito para continuar.
En cualquier caso, cuenta con mi hombro para apoyarte, mi mano para acompañarte y mi ánimo para darte esperanzas de que el olvido llega o, sino, al menos la indiferencia...

Álvaro Nuevo dijo...

No sé quién eres, a quién adeudas tu tristeza tanguera ni cómo he llegado a tu blog, pero me encanta lo que hay en él, desde Malevaje hasta Dumas, así que le he enlazado al mío.

Cuando hacía esgrima aprendí que las estocadas sin destinatario se convierten siempre en tocados en contra, en puñaladas traperas. Pincha y a otro asalto.

Los viajes que no hice dijo...

Random con nombre de película y de novela (me gustaban más otros, ¿eh? que tardo en reconocerte)...¿tú crees? yo cada vez que me caigo me levanto pensando en que menuda gilipollas... ¡Que es la segunda vez ya que me pasa esto! Y, cuanto más pienso en ello, más me importa (mi gilipollez). Aunque supongo que en lo del cansancio tienes razón. Cansa. Te iba a decir: "no sabes hasta qué punto", pero sí que lo sabes...

Arwen, supongo que el olvido y la indiferencia llegan. Pero... ¿cuándo? Me resulta cachondo comprobar cómo quiero que mis amigas (léase tú) superen las rupturas en 0,2, para que no sufran ni una mijita y lo complicado que me resulta a mí deshacerme de ciertas historias y ciertos adioses.

Álvaro, adeudo mi tristeza tanguera a alguien que no la merece. O eso quiero creer. Pincharía, si tuviera a quién pinchar, te lo aseguro... Muchas gracias. Y bienvenido. Ah, creo que llegaste porque yo te puse un comentario en tu blog. xD

Isabel Sira dijo...

Niña, igualito me pasa a mí. Eso es ser amigas, ¿no? A ver si entre las dos, juntas y por nuestro lado, dejamos atrás a quienes debemos pasar y seguimos adelante...

Luc, Tupp and Cool dijo...

¡Pues a ello, Arwen, Viajera, y todo aquel/lla que esté en la misma situación!

No conviene cultivar la melancolía, creo. Es una especie que nace espontánea, sin necesidad de cuidados especiales. Diría que es una especie invasora. Demasiado trabajo tenemos ya con evitar que nos invada el alma, desplazando a otras más productivas...

(¿Sus dáis cuenta de que profunda estoy, a la par que metafórica y ecológica...? Lo sé. A veces soy insufrible :P)

Abrazo a las pacientes, y os deseo pronta recuperación. :)

Regina dijo...

Cansa tanto que al final desistirás. Creo que es instinto de supervivencia mental. Para no volvernos locos.

Es como cuando repites una cosa una y otra vez con alguien y nunca sale, nunca sale, nunca sale... y al final dices: "Anda, déjalo, que es imposible". Te darás por vencida, pero joder, con buena sensación.

Los viajes que no hice dijo...

Arwen, digo yo que será eso, también. El que no te importe sufrir tú, pero como sufra alguien que tú quieres, te entren ganas de matar...

Luc, no tengo recetas para no cultivar la melancolía... Pero sí, estás profunda, ecológica y metafórica y casi bucólica... Eres un genio.

Random, cierto. Cansa. Desisto. Cojo fuerzas. No desisto. Me cabreo. Quiero cabrearme, hostias. Dejar de pensar que yo tuve la culpa. Dar mandobles. Asegurarme el no...