viernes, 23 de mayo de 2008

El oficio (III): la libertad de expresión

Tengo demasiados escrúpulos y sé que la objetividad no existe y que la honestidad en mi trabajo pasa por negarme a cubrir una concentración de quienes no quieren un centro de ocio musulmán en su barrio, porque yo no contribuyo al odio. Pasa, también, por adquirir un punto de vista propio, por no callarte lo importante, por saber que a veces guardar silencio es mentir y por no respetar, ni de lejos, todas las opiniones. Y aún más: por no respetar, bajo ningún concepto, que se puedan verter todas las opiniones en un medio de comunicación, porque hay cosas que sólo valen para escupirlas en una taberna.


Eso se decide por coherencia. Por esas líneas que no traspasas ni aunque te cuesten el puesto, porque no tienes edad, ni estómago y porque hace mucho que dejó de importarte lo más mínimo que otros invoquen la libertad de expresión.

5 comentaron:

Isabel Sira dijo...

Acabas de resumir uno de los motivos por los que dije BASTA. (El otro fue mi salud).

Puntos de vista y ... nada más dijo...

Who the hell was your boss? Berlusconi?!!?

Esto de tener criterios propios reconozcco que está mal visto. A mí me han dicho alguna vez que me guarde la conciencia... pero también he sabido decir "conmigo no cuenten".

Minúscula Martínez dijo...

Como filosofia vital, no vale nada, pero puesto en práctica dá buenos resultados; con responsabilidad y mano izquierda, pero haz sólo aquello en lo que creas.

Hay gente para todo, y otros, con menos escrupulos se enfangan a las primeras de cambio.

B x C

Regina dijo...

Tía, es que tú no deberías ser periodista. Así de claro te lo digo. El periodismo actualmente está reñido con la libertad de expresión, como lo está casi todo, aunque soñemos que vivimos en una democracia. Estamos tan democratizados que ya se quita libertad para dársela a otros.

Nuestra libertad también es una mierda, valga la redundancia con el otro comentario.

O será que nosotras entendemos la libertad de otra manera. No sé.

Los viajes que no hice dijo...

Arwen, esa historia me la sé.

Puntos de vista, si yo te contara... Salvo en algunos trabajos, como el último, en que he tenido toda la libertad del mundo.

Maghenta, sí que lo procuro, sí. Lo de hacer sólo lo que creo...

Random, yo no debería ser periodista porque realmente a mí las noticias me importan un carajo. Salvo algunas: el otro día me sorprendí dando un grito de contento por un reportaje sobre los "raros" de la clase: los profesores que usan otros métodos para enseñar... Qué bonito.