martes, 18 de marzo de 2008

Vacaciones

Me voy de vacaciones. A recuperar las ganas que me faltan, a pasar algo de frío, a olvidarme de todo y de ti. A intentar no acordarme, que no se me pince el corazón a ratos, que se borre el rictus de la boca, la sensación de pérdida y de que nunca importé nada.

Me voy a ver piedras viejas, del siglo XI, a escuchar a mi hermano menor tocar la gaita al lado de un río, a reírme, a intentar seguir la dieta aunque haya chorizo y vino de por medio (para presumir hay que sufrir, dicen: tengo una compañera que se pasa el día comiendo dulces y está como un palillo: qué injusto es el mundo). No habrá nadie cuestionando el porqué de mi trabajo, ni yo misma; ni quejas; ni llamadas de teléfono; ni rutina impuesta; ni gimnasio que no sea caminar por la sierra, sortear las sombras, bajar escaleras.

Estarán Alonso hablando de caza, Ángel cortando jamón, Nati tratando a la gente como una madre discreta y acogedora, la ternera a la plancha, las carreteras sinuosas, los pueblos llenos de casas de adobe y vigas talladas con figuras desnudas. Y canciones y juegos de cartas y conocimiento.

No estarás tú. Espero que no estés tú.

7 comentaron:

Regina dijo...

Ais, yo también espero que las vacaciones me sirvan para desconectar y disfrutar de lo que es mío y de lo que tenga que vivir. Quiero olvidarme por unos días de todo lo que tengo alrededor y no pensar en ciertas personas ni situaciones. Vivir lo que toque y punto; es la mejor manera de relajarse. Eso sí, en EE.UU. me voy a poner las botas de comer mierdas... xD

Isabel Sira dijo...

Espero que lo logres. Quizás también debería irme, a ver piedras viejas o a la porra, pero irme para, bah, no merece la pena.
Que te lo pases requetebien y que no te acuerdes de nadie que no seas tú misma.
Besos

Anónimo dijo...

Tú decides si te lo llevas o no.
Nos cuentas a la vuelta qué decidiste ;)
Disfruta niña, no desaproveches ni uno sólo de esos viajes que sí que haces.

Hatt dijo...

Que lo disfrute usted. Yo curraré lo poco que queda de esta semana (de hecho hoy mismo lo he hecho...) y la que viene y demás...

Un saludo.

P.D. Yo, puestos a elegir, prefiero piedras viejas, más viejas. Mejor si son de antes de Roma ;P.

Ana dijo...

Espero que hayas disfrutado!!!!

La verdad que las penas viajan con nosotras pero es en otros sitios, donde solemos encontrar la clave para que dejen de acompañarnos.

Un besazo niña!

Anónimo dijo...

Que pases buenos momentos, mujer.
Las piedras viejas (todas lo son) ayudan a tomar perspectiva y entender que los males circunstanciales no son, al cabo, ni tan importantes ni tan duraderos.

Los viajes que no hice dijo...

Sagutxo, ya me enteraré de qué has comido y de si has desconectado o no…

Arwen, con las personas pasa como con las ciudades: te las llevas dentro a todos los viajes, aunque no quieras.

Glauka, yo querría decidir. Y decidí. Pero no surtió efecto. Las crisis llegan cuando menos te lo esperas, o cuando son más propicias: una noche sola, una montaña, unas estrellas y el pensamiento jodido que va a su antojo… Mierda de cabeza, oye.

Hatt, lo he disfrutado. A mí me gustan las piedras viejas, pero no le hago distingos a la edad…

Ana, no he encontrado clave ninguna que no sea un punto más de añoranza… :( Pero se pasará, supongo, algún día.

Pere, he tenido buenos momentos. Lo que no sé es si son, los males, tan poco importantes y tan poco duraderos, teniendo en cuenta las crisis silenciosas…