jueves, 10 de enero de 2008

Contra el tiempo

Leo contra el tiempo y a veces no sé muy bien por qué. No podría dar ninguna explicación: sé cómo empecé -tengo una madre que compraba libros y cómics cuando enfermábamos- pero no podría decir qué lecturas me llevaron a otras, por qué voy buscando todos los libros de Dickens que puedo y por qué me atraen títulos extraños. Cada vez apunto más nombres en la lista de autores que me quedan (Proust, Stendhal, Goethe, Chateaubriand, Milton, Schiller, McCarthy, Pynchon, O'Connor). También apunto películas, cuadros, ciudades, calles, museos. Voy andando a tientas, saltando de un lugar a otro, asombrándome por la manera que algunos tienen de juntar las palabras, de estructurar una historia, de lograr la lágrima y la risa, la expectación, una gota de sudor o la excitación más animal. Quiero ir a Londres sólo para buscar ciertos barrios y para constatar que son mejores en mi imaginación, aunque yo los imagine esbozados apenas. He navegado en alta mar por aguas que ni siquiera existen, he montado a caballo mil veces y siempre he sido el caballero que se bate en duelo y nunca la doncella que le espera muerta de miedo y amor pero sin defenderle. También he sido una loba sensata, he asistido a no sé cuántas ejecuciones y he vengado una estancia en prisión. Me esperan otras novelas de espadachines, un viaje por el arte africano, un campo de concentración y una nueva carrera por las orillas del río Mississippi.

Leo contra el tiempo y siempre sé que el tiempo nunca será suficiente.


Imagen: Mujer leyendo, de Fragonard.

18 comentaron:

Anónimo dijo...

Eso es lo bueno de leer.

Lee lo que te dé tiempo, lo demás quedará para otros.

:)

Anónimo dijo...

Nunca será suficiente, pero siempre te quedarán esos duelos, esas prisiones, esos mares...

Anónimo dijo...

Es por eso que una página en blanco es, para quien escribe, todo un mundo (o más de uno) por crear y reinventar a su modo, y para quien lee, todo un mundo por descubrir, también a su modo, pues cada uno imagina esos mundos a su forma, siendo también distintos para cada persona en cada época de su vida.

¡¡Y que todo esto salga de una "simple" concatenación de letras!!

Anónimo dijo...

Yo también leo contra el tiempo, porque siempre intento -no siempre lo consigo- leer para divertirme.

(con respecto al comentario sobre mi flog, muchas gracias. Cosas así son las que animan a continuar y no cerrarlo todo.)

Anónimo dijo...

Y TU TE ASOMBRAS COMO OTROS TIENEN LA CAPACIDAD DE JUNTAR PALABRAS PROVOCANDO TODAS ESAS EMOCIONES Q HAS DICHO????????????
ESO ES Q AUN NO TE HAS LEIDO EN SERIO:o!!
te lo digo xq t leo muy a menudo,y tambien leo a menudo contra el tiempo:)

Anónimo dijo...

Pero, ¿qué haces? ¿Es que no sabes que las mujeres que leen son peligrosas? Bueno, y las que además escriben... Esas ya ni te cuento...

Y yo me pregunto: ¿quedarán hombres valientes?

Anónimo dijo...

Buf como me recuerdas a mí.
Me gustaría vivirlo como el sagutxo solitario, pero lo cierto es que vivo con cierto agobio eso de no poder leerlo "todo"...

Anónimo dijo...

leer es un placer. Es como el postre que nos gusta y que nos comemos poco a poco, dibujando una lenta procesión de sensaciones. Si voy con prisas no quiero postre. Prefiero no tomar nada a tener que hacerlo por obligación, por compromiso o por cualquier otra razón. Siempre hay tiempo. No hay que avergonzarse de no haber leído las obras completas de Tolstoi, Dostoievsky y Victor Hugo antes de los 40. Lo importante es que disfrutemos, lentamente, de cada frase, de cada verso. Más que leer contra el tiempo, hay que dominar el tiempo y leerlo

Anónimo dijo...

"Saul lee la Biblia, y Vico ha leído miles de libros en su vida; aquí ha dejado de leer. Para leer, uno tiene que quererse un poco, sólo un poco basta. Y Vico no se quiere".
John Berger (King)

Anónimo dijo...

La magia del libro consiste en que te permite vivir por unas horas vidas prestadas.

Con todo su despliegue de medios, el cine y la tele no logran más que pálidos remedos de la experiencia que provoca la lectura.

Saludos.

Anónimo dijo...

Sagutxo, ése es el problema... Que quiero leerlo yo y guardármelo yo y que no quede para nadie más... Imagina: ¿cuántos genios literarios nacerán cuando nosotros muramos? Argh...
Hatt, pues sí. Y nos quedaran muchas veces, porque yo soy de las que releen y releen...

Juanma Ríos, parece mentira, ¿verdad? que todo eso, todas las emociones, la admiración, el dolor y todos los mundos salga de una simple concatenación de letras...

Pablo, ni se te ocurra cerrarlo: eres lectura de cabecera... Y sí: leer para divertirme: ésa es la premisa: si fuera aburrido, no leería.

Alice Gould, la verdad es que nunca se me ha ocurrido pensar en que yo pueda provocar ciertas emociones con las palabras... Me voy a tener que plantear publicar y todo (dicho esto con toda la ironía del mundo).

Sorrow, sí que somos peligrosas... Eso dicen: Tusquets, creo, ha editado un libro sobre mujeres que leen y mujeres que escriben, con un montón de cuadros hermosísimos...

Princesa de hojalata, con el agobio y además con complejo de culpa: cómo es posible que no haya leído a Goethe aún (salvo párrafos), cómo es posible que no haya visto Centauros del Desierto, qué demonios he estado haciendo durante toda mi vida lectora...

Janelasempreaberta, leer es una experiencia orgásmica. Eso decía mi profesor de Literatura. Me quedo con lo de dominar el tiempo y leerlo...

Palmiralis, curiosa la afirmación de Berger, pero también verdadera, creo. Si uno se quiere, lee. No sólo porque va a divertirse y va a disfrutar y va a explorarse del todo. Sino porque también sabrá que, al final, entre ciertas letras encontrará la sabiduría (porque a la información, decía Bloom, tenemos acceso ilimitado)...

Sombras Chinescas, estoy de acuerdo. Y no sólo que te permita vivir vidas prestadas, sino que también uno pueda hacerlas suyas y que le acompañen siempre. Hay ciertas partes de mi carácter que no sé si le debo a la genética... o a Dumas. Bienvenido.

Anónimo dijo...

Pensando en esas cosas vas a acabar tarumba.

Yo vivo al día. Si hoy no me apetece leer ya lo hará mañana, o pasado, o al siguiente... no tengo prisa.

Anónimo dijo...

No, Doodd, lo que voy a acabar es frustrada... :mrgreen:

Anónimo dijo...

Me resulta verdaderamente fascinante al manera que tienes de describir tu amor por la lectura. Suscribo cada una de tus palabras.
Es maravilloso.
Un beso.

Anónimo dijo...

Contagioso entusiasmo por absorver la vida!!!
Besoslinda.

Anónimo dijo...

Buff… UnaExcusa. Los libros son como la mitad de mi historia, la mitad de mi alma, la mitad de mis recuerdos, la mitad de mis deseos.

Son la mitad de mi casa, la mitad de mis afanes, la mitad de mis amores, la mitad de mi vida.

Y son la mitad de mis agobios, la mitad de mis alergias, la mitad de mis trabajos, la mitad de mis desvelos…

Hago una entrada nueva en mi blog, sobre este asunto, porque el tema lo merece.

Anónimo dijo...

Tantos libros y tan poco tiempo... La vida nos evita una angustia. Pienasa lo terrible que sería haber leído ya todos los libros.

Anónimo dijo...

Suntzu y Ana, muchas gracias. Y a Tupp sólo puedo decirle que su entrada nueva ha superado a la mía vieja con mucho. Es maravillosa. Pero Pere (te echo de menos) tiene razón: sería horrible haber leído ya todos los libros... ¿Y el placer de abrir por vez primera Barnaby Rudge, por ejemplo (que es con el que estoy ahora)?