lunes, 12 de noviembre de 2007

Qué bien sienta


... tener poder sobre una persona, decidir cada paso que va a dar, saber qué entregarás y qué no; definir qué va a dar ella; otorgarte tú con cuentagotas, mientras la deshaces, la desmadejas y la destrozas.

... darte cuenta de la imbecilidad de alguien, o de la inocencia, o de la apertura y utilizarla, según quieras, según tu compás.

... crear mil reglas, hacer que las reglas sean más importantes que las personas, arrugar la mano, tirar los papeles.

Alguien se está riendo a carcajadas esta tarde de mí.

Imagen de Kaoruzitah

4 comentaron:

Antonio Ruiz Bonilla. dijo...

Yo no soy el que se rìe de ti, acabo de llegar, he visto las magníficas fotos de Rumanía, he leído este post y escribo este comentario sin el más mínimo atisbo de sonrisa. Es broma.Un saludo y espero que puedas visitarme.

Nosotras mismas dijo...

Provocar sonrisas, aunque sea malevolas, siempre tendría que ser un premio.

Besos

Suntzu dijo...

Ya llorará. Si no entregas nada, acabas siendo eso, nada.

Arwen dijo...

Pero en realidad no tienen ese poder sobre nosotros, porque siempre acabamos rebelándonos, tarde o temprano descubrimos que el poder sobre nuestra propia vida e, incluso, sobre nuestros sentimientos, es nuestro. Y nos costará y seguiremos teniendo ese retazo de cuerda que nos ate al puerto incorrecto, pero ya podremos partir y seguir caminando, porque como dice Suntzu, el que nada entrega en eso se convierte.