domingo, 4 de noviembre de 2007

Nunca fuiste fácil

Nunca fuiste fácil. Eres desordenada, caótica e insegura. Sólo existen, en el mundo, cuatro mujeres capaces de desnudarte del todo y de reírse con ganas de tus intentos por tomarte en serio, ay mísero de mí, ay infelice, ante las que te avergüenzas porque no te queda otro camino y que te recuerdan los cinco aspectos claves de tu personalidad por años. Ante el resto, tragas saliva antes de hablar, justificas comportamientos absurdos y encoges los hombros. Nunca has tomado ninguna decisión importante de la que no te hayas arrepentido después, porque siempre te equivocas. Jamás juzgarías a otra persona tan duramente de estar en tu lugar: "culpa" es tu palabra favorita y siempre has estado a medio camino entre lo que te apetece y lo que esperan. No te crees los halagos, no te los has creído nunca, pero sabes por qué te quieren: todas las razones, hasta las ocultas. Conservas la memoria, pero ciertos recuerdos se te desdibujan: por eso escribes. Y, durante mucho tiempo, nadie te leyó.

Han pasado años desde el vértigo y el abismo. Desde los tímidos balbuceos intentando hablar siquiera con alguien hasta el "ésta soy yo, qué se le va a hacer". La irritabilidad la mantienes, por los siglos de los siglos. Admiras la templanza pero las más de las veces te parece tibieza y decides que eso no es para ti. Que tú siempre serás tumultuosa, de las que se disparan rápido y son impacientes aunque pretendan serenidad y un ápice siquiera de bendita rutina. Desconoces qué implica la madurez a estas alturas y ya casi te da igual, pero no pasa lo mismo con otros conceptos -belleza, estética, moda, estilo, elegancia, femineidad, seducción- a los que sigues dándoles vueltas, porque eso es lo que esperan otros, pero jamás se incorporarán a lo que eres.

Por eso asumes que eres tierra de nadie. A pesar del instinto maternal y sobreprotector y cariñoso. Por eso el deseo llega tarde y es irreal cuando llega.

Hay cosas que siempre serán para otros.

Pero, a pesar de todo, me gustas. Me has gustado siempre. A pesar de ti.

Imagen del caracol de Greywulf.

Imagen de Abismo de Esther DeMaría.

42 comentaron:

Anónimo dijo...

Oño, ese último páraffo me gusta y me agrada a partes iguales.

:D

Anónimo dijo...

¡Vaya autoanálisis! Precioso. Al menos así lo he interpretado yo...
Aunque a veces no lo parezca, yo también me gusto a pesar de mí misma. Un beso.

Anónimo dijo...

Sagutxo, pues sí. A mí también me gusta descubrirlo.

Suntzu, sí es autoanálisis, en época de autodestrucción. Un día debería escribir un texto diciendo sólo, única y exclusivamente lo maravillosa que soy.

Anónimo dijo...

Pues deberías hacerlo, aunque creo que en lo que pones aquí también se ve lo maravillosa que eres.

Anónimo dijo...

Uf, menudo día para estrenarme de comentarista en un blog... es tan íntimo que teme uno estar profanando un espacio sagrado y cerrado... pero está abierto, al parecer. Tal vez me he animado a escribir unas palabras porque cuando alguien se desnuda así, con tanta naturalidad, incita a los demás a hacerlo... aunque tengo para mí que esto es una tentación bien poco madura, muy de adolescente e incluso infantil... pero el caso es que... he visto mi caso tan milagrosamente reflejado en el tuyo que me es difícil quedarme callada, como tengo por costumbre hacer... Tan pasmosa son los rasgos y hechos afines como los detalles radicalmente distintos... Como veo que los comentarios tienen también altura y finura quizá me anime a contar mi caso... pero por el momento me conformo con deleitarme con este maravilloso texto y esos comentarios absolutamente maravillosos, también....

Anónimo dijo...

Hay algo en este texto que encuentro extraño. Como todo sabemos, la segunda persona del singular es la preferida para el monólogo, la reflexión con uno mismo, en la que uno se desdobla, etc, etc. Pero el final me desconcierta. No parece pues un monólogo sino alguien que está hablando de otra persona, a la que, según parece, conoce muy bien (dudo mucho que alguien conozca a otra persona, ni a sí mismo, a la perfección). Pero también me desconcierta en otro sentido. A estas alturas de su relación, ¿cómo puede decirle que le gusta y que suene verdadero? ¿Puede alguien ocultar eso? ¿Puede alguien no ver eso? Eso que sucede el primer día y es mútuo y es visible... ¿Puede alguien u buen día descubrir que le gusta una persona de su entorno? ¿O puede ser una nota de humor? Yo me inclino por esto último.

Anónimo dijo...

A mí me gustaría decirle a una persona que está por aquí que me gusta, que me gustan mucho muchas cosas de ella, quizá mucho más de lo que se imagina. Y que no se vaya a pensar que no le perdono ciertas cosas, aunque indudablemente sigan doliéndome. Paso por ser alguien rencoroso y no lo soy en absoluto. Ocurre que he visto cómo se me caía el alma a los pies con algunas personas, en parte, sólo en parte, gracias a ti, que me estás leyendo. No es que no perdone, es que echan para atrás. Y ya no quiero ningún trato con ellas.

Anónimo dijo...

¡Ah! Veo que hay personas que escriben para recordar, porque sin memoria no hay identidad y sin identidad se puede vivir pero no resulta nada fácil. (Me pregunto si es a eso a lo que te referías cuando hablas de tierra de nadie). Pero mi caso es el inverso o mejor sería el inverso: escribir para olvidar, olvidar y olvidar, porque los hechos que me marcan son mortificantes. De modo que al revés.

Anónimo dijo...

Pues de mí sólo sé decir que agradezco este post, y que lo agradezco todavía muchísimo más teniendo en cuenta el día y la hora.
Un beso (sin signos de ¡)
(No puedo abstenerme de decir que cada palabra y cada coma y cada punto daría para un post entero...)
Abrazo

Anónimo dijo...

Ay, una excusa, olga, tendrás que perdonarme. Estaba tan impactada que no leí bien tu comentario, que había salido ¡una hora antes que el mío! Cuánto me extraña. Bueno, así que así eras tú en tiempos atodestructivos; cómo debiste pasarlo... ¿Puedo preguntarte qué hiciste para alcanzar la madurez, esto es, suponiendo que la hayas alcanzado?
Me pareces muy inteligente... pero hay algo que me gustaría decirte y por supuesto que me gustaría mucho que me contestaras: mira, creo que cuando uno está en fase (?) autodestructiva y sin personalidad es fácil ser presa de los demás, que, si son neuróticos y enfermos y no lo saben, pueden proyectar mucha porquería sobre ti y tú, que estás sin defensas, atraes toda esa porquería, además de la propia. Estas personas son realmente perniciosas y, una vez has visto los mecanismos que entran en juego y su maldad y bajeza, te asquean. Ahora bien, mantienen ese poder sobre ti y es que saben de qué estás, en parte, sólo en parte, hecha. Ante estas personas yo no siento vergüenza sino asco. La vergüenza la tengo ante mí misma... Incluso esas otras personas que conocí y que no sólo no estaban enfermas sino que tenían altura, esas otras personas que conocen bien mis limitaciones, también son poderosas, en el sentido de que puedes caer en un sinfín de proyecciones malignas, y también porque te conocen casi todos los entresijos de tu persona. Pero también ellas pueden petrificarte en una imagen negativa. Y esto me parece injusto e inhumano, sobre todo porque viene de alguien que podría haberte ayudado... Pero tampoco nte ellas siento vergüenza. Insisto en que la vergüenza no depende de la mirada del otro; del otro interiorizado, ok. Pero el otro interiorizado no es nadie en particular, aunque empezaron siendo tus padres y entorno... Qué largo me ha salido el comment. Disculpas!

Anónimo dijo...

Acabo de leer el comentario precedente y resulta que a mí me ocurre lo mismo: o no he leído tu comentario o no estaba: ¡qué cabeza! Caótica, desde luego. Nada, yo quería añadir algo no demasiado importante y es que, si eres insegura, hay personas que acentúan tu inseguridad y personas que la reducen. Creo que por supuesto lo ideal es hacerse fuerte, pero, si no es posible, debería bastar con alejarse de las primeras y tratar más a las segundas.
¿Superaste esta fase destructiva?
Yo tampoco soporto los halagos; y que trabajen para que yo llegue a gustarme... un suplicio. No necesito a nadie ni para sentirme ridícula ni para odiarme ni para... gustarme un poco.
Saludos,
Estela

Anónimo dijo...

¿Puedo preguntarte cuáles son los cinco aspectos clave de tu personalidad? Siento curiosidad...

Anónimo dijo...

Un análisis muy pesimista... A ver si me vas a contagiar tu pesimismo! Ya no vuelvo por aquí ni jarta de vino!

Anónimo dijo...

Los aciertos hacen todavía más negros los desaciertos.

Anónimo dijo...

El primer comentario de las afueras es un negro desacierto... Vergüenza ajena.
¡Pero hay tantas cosas que me provocan vergüenza ajena! Y ellos sin enterarse.
¿Culpar a los demás? A veces es lo que toca. Ni con saña ni con gusto. Sencillamente es lo que toca.

Anónimo dijo...

Cuando los demás han tenido y tienen comportamientos absurdos, me he callado y me callo... porque un día alguien la jodió de verdad conmigo. A esta persona -un hombre, por cierto-, no la perdono ni la perdoneré jamás. Y no sólo no me gustado nunca lo más mínimo sino que siento un gran rechazo: físico, químico, moral. Y lo peor es que ni tan siquiera me parece inteligente. No, ni tan siquiera me parece inteligente. En cuanto a su ex, me parece una egoísta y también siento una gran aversión hacia ella. Pudo ayudarme pero no le dio la gana, haciéndonos creer a todos que no podía. Hubiera sido muy difícil pero no imposible. Adiós, gnomos. Fue un placer.

Anónimo dijo...

Arweb pues más bien no. Pero me daría más vergüenza aún, pienso.

Puça, por ahora es abierto: hasta que me canse y lo cierre. Bienvenida.

A los/las del desdoble desdobladísimo una y mil veces de personalidad... Como me divierte la cosa, os respondo uno por uno, una por una... Viuda, UnÁrbol, ¿no os suena el estilo?

Delasafueras, sólo se me ocurre una cosa: Análisis de textos literarios I.

Rastro, pues envíale un correo y se lo dices.

Aupresdemonarbre, no. No me refiero a eso cuando hablo de tierra de nadie. El sentido de la frase es literal.

Thislandismyland, de nada.

Puça, todos tenemos momentos autodestructivos y mi concepto de madurez tampoco está muy claro. No he conocido a nadie maduro en mi vida. Una cosa es tener fase autodestructiva y otra muy distinta no tener personalidad. Los demás te afectan en la medida en que tú dejas que te afecten y a las proyecciones hace mucho, pero mucho tiempo, que dejé de hacerles caso.
Delasafueras, yo tampoco.

Anónimo, poder puedes. Otra cosa es que yo te responda.

Diana, mejor: así no me contagias tú a mí el alarmismo infantil.

Anónimo, o viceversa.

quetururururú, pues depende.

Anónimo, y qué se le va a hacer.

Por cierto, sí que trasnocháis. Lo bueno es que escribís muy seguidito...

Anónimo dijo...

Una excusa, ahora permíteme que juegue un poco; te pido que por un momento asumas que estas palabras me las diriges a mí y me oyes cómo de pronto estallo: ¿CÓMO? ¿QUÉ? ¿QUE EL DESEO LLEGA TARDE Y PARECE IRREAL? Eso te parecerá a ti, hermoso, porque a tu vera, en realidad a vuestra vera, nada fluye, todo se acartona, matáis cualquier gérmen de vida excepto los piojos, a los que mantenéis con una dieta pantagruélica que jamás habían conocido en su pasado; asfixiáis y entonces hacéis creer que los demás no sienten o sienten equivocado (cuánto me río con vosotros). Lo digo por última vez: estoy asqueada de vuestra forma de impedir que las cosas busquen la luz por sí mismas. Sin vuestro permiso, sin vuestra colaboración,sin vuetro beneplácito ¡qué aberración! Siento náuseas. Yo me he librado, demasiado tarde todo hay que decirlo, sólo lo siento por todos esos incautos e incautas que, con cara embobada, deben creer que han descubierto un manantial cuando son sólo las aguas envenenadas de la manipulación. JAJAJA Cuánto me gustaría abrirles un poco los ojos... Pero si son idiotas, no debería sentirlo.... Una excusa, Olga: espero que comprendas que era un juego! (Ah, los juegos, el cochecito y el bebecito y el viajecito al nirvana de la plena conciencia, la madurez y la responsabildad; pero si sois una fábrica de bebecitos; mira por dónde éste te ha salido rana; y el cochecito, ya sabes, lo metes en aquel su sitio. Brrrbrrbrrr). Una risotada amarga y acabamos con el desgraciado asunto.
Un saludo, unaexcusa

Anónimo dijo...

Puça, puedo comprender que es un juego. Pero el problema es que tu interpretación de mis palabras no se ajusta en nada a lo que quieren decir. Así que, el juego, no lo entiendo demasiado bien.

Anónimo dijo...

Será que soy tonta o que los comentarios de esta entrada rayan lo absurdo, pero no me entero de nada. :P. Seguramente es lo primero.

Anónimo dijo...

Se llama Troll.
Ya está por otros blogs y es el mismo, me temo, a la espera de que Viuda me lo confirme.

Anónimo dijo...

No, si lo de que es un troll ya me lo imaginaba, pero es que hasta los trolls a veces escriben con lógica. Buenos días.

Anónimo dijo...

Buenos días, cariño. Por eso he dejado los mensajes: por la lógica de a veces.

Anónimo dijo...

Unaexcusa:
NO soy ningún troll ni lo he sido nunca. A alguien, de mente transtornada, se le ocurrió y lo fue diciendo hasta la saciedad. No se limitó a desprestigiarme en los blogs sino que hizo otras cosas aún peores. Es una persona de trastortada y, lo peor, lo peor, es que no repara en los medios para conseguir sus objetivos. Me ha apartado de todos mis conocidos y algún amigo. No le da la gana de pedir perdón. Va a su bola sin reparar en daños.
No tengo absolutamente ningún interés de ser un troll para nadie y mucho menos para ti, que tienes un blog interesante y muchos lectores. Así que te ruego que no te dejes manipular....
Buenos días

Anónimo dijo...

La verdad es que no hablaba de ti, sino del resto que escribió mensajes seguidos mil veces. Que seáis la misma persona es algo que me tiene sin cuidado. Existen muchas opciones en los blogs: una de ellas es la de moderar los comentarios; otra, hacerlo privado y otra borrarlo directamente.
Vamos, que mientras no haya insultos, la existencia de trolls no me quita el sueño.

Anónimo dijo...

Pues yo te agradezco la explicación porque estaba empezando a fliparlo.
Un saludito

Anónimo dijo...

Yo también estaba empezando a fliparlo un poco :P Puça, creo que todos te agradecemos que hayas sido un poco más clara en este último comentario y que se te entienda mejor.

Yo sigo sin pillar una cosa: ¿de qué red de blogs hablas? ¿De qué persona en particular hablas?

Y no seas tan dura con los profesionales "de la mente", no todos son como tú los describes ni todos intentan insertate en la sociedad según roles, habrá unos que sí, habrá otros que no.

:D

Anónimo dijo...

¿y el comentario? Dios, qué raro es todo esto, ¿no? ¿Soy la única que se siente como en una peli de Buñuel?

Anónimo dijo...

Ostras, no debería escribir con la tripa llena ni mirar desde el Netvibes de qué entrada es cada comentario porque luego me pierdo. Vamos, que mi primer mensaje de la tarde era para la entrada del café de los domingos xDDD

¡Cómo estamos, Dios mío!

Anónimo dijo...

Ni caso. Creo que eres estupenda. Y me encanta leerte.

Anónimo dijo...

El sagutxo solitario: la persona de la que hablo, que está entre nosotros -más que de Buñuel, eso parece una peli de Hitchcock-, es una gran persona y llena de cualidades y físicamente no está nada mal, aunque se empecine en embadurnarse la cara. Y tiene un don poco común: el de la ubicuidad. Yo sólo tengo un solo reproche que hacerle. Uno solo, sobre el resto nada que decir; sólo cosas buenas. Pero este punto filipino suyo a mí me desborda y me saltan chispas. En cuanto a la red, me refería a esa que él teje pacientemente -espero que también se divierta algo- para atrapar a mosquitas incautas y darles unas cuantas lecciones o sólo para que hagan ejercicio moviendo rápido sus alitas y con mucho esfuerzo para intentar despegarse... quizá lo logren o quizá se lo crean y ya está.
Ya te he contestado, espero. Déjame añadir que si alguien se empeña en tratarte de troll (con todos los "paras" que te dé la gana) y de mosquita incauta, al final acabas siéndolo de manera natural... Estoy dolida, sí, y él sospecho que ni siquiera entiende qué le reprocho. Se monta su película, como se dice vulgarmente, y ni siquiera se le ocurre que las cosas pueden ser de muy otra manera.
¿Y a la inversa? Pues a la inversa... creo que no tengo mayores problemas para entender a los demás...¡a la primera!
Unaexcusa, era un post tan íntimo el tuyo que invitaba a las confidencias...

Anónimo dijo...

Mira, Puça, aquí no hay ningún "él". Todas las personas que escriben en este blog, todos los hombres, quiero decir, están convenientemente identificados. Y, ciertamente, no permito en ningún lugar moderado por mí acusaciones no probadas ni acusaciones lanzadas al aire. Ni disfrazadas de confidencias, ni sin disfrazar.
El texto es íntimo, sí. Que sea íntimo no quiere decir que se pueda ensuciar, muchas gracias.

Anónimo dijo...

Debo ser muy torpe porque no entiendo nada.

Ah! y también soy hombre. Por lo menos eso dice mi espejo. Identificado y hombre.

Joooooooder!

Anónimo dijo...

¿Todos identificados, dices? Vaya, ya metí la pata. Eso ha sido el levante y una broma de mi profesional de bata blanca de Granada. La cuarta vez que tengo que ir a por las muletas... Perdóname, unaexcusa. No tengo nada más que añadir sobre este tema íntimo; de todas maneras has sido bastante bruta al decir que he ensuciado tu texto; desde luego que no me parece haber hecho tal cosa. Espero que te serenes.

Anónimo dijo...

Alelo, no eres torpe, cariño. Es que todos me tocan a mí.

Puça, Repito: este blog no está para lanzar acusaciones. Los problemas que tengas los resuelves con el interesado. Lanzar acusaciones sin más es, sí, ensuciar, emponzoñar y encizañar.

Anónimo dijo...

Tienes tus encantos, qué duda cabe...;)

Anónimo dijo...

Si tú no dudas, no seré yo la que lo haga.
Aunque me temo que sí dudas.

Anónimo dijo...

Diosín ... había entrado en comentarios porque me encantó el texto que escribiste ... pero ya se me olvidó con tanto comentario surrealista ... Espera que releeo y retomo ...

Ah sí! Qué es alucinante como cambian las impresiones ante un texto dependiendo de quién lo lea y de la información de la que disponga.

Pensé que hablabas de una tercera persona y que lo hacías desde el cariño incondicional (no ví tantos atisbos de autodestrucción como dices, más bien me dió la impresión de ser muy consciente de los defectos de un tercero pero también de sus encantos y todo descrito como amor incondicional).
Describirse así a uno mismo desde la autodestrucción ... ojalá fuera "así de dulce" conmigo cuando estoy en fase autodestructiva :). Me ha encantado insisto; forma dulce de tratar las debilidades propias... no veo el pesimismo que se describe en los comentarios...

Anónimo dijo...

Ana, bienhallada de nuevo (te echaba yo de menos por aquí): también soy más autodestructiva a veces, pero opté por no machacarme tanto. Que es agotador y no merece la pena. Más dulzura, sí. Siempre.

Anónimo dijo...

Besos nena.

Anónimo dijo...

(otro anonimo forzado)

Pues yo debo ser bobo, xq de verdad pensaba q era alguien q te queria y q admiraba tus -en apariencia- defectos.

Pues muchas gracias. Aspiro algún día a poder conocerme y quereme asi, para poder hacerlo con los demás.

Y si lo tuyo no es madurez, no lo será repetir un mismo discurso q tantos anhelan y pocos infelices consiguen.

Un abrazo y q siga todo tan lindo

Anónimo dijo...

Es curioso que después de haberlo cerrado hace un año y haberme ido a otros lugares, sigan escribiéndome.

No sé por qué eres anónimo forzoso, pero bienvenido... supongo. Supongo porque aquí ya no se esribe más, digo.

Gracias por tus palabras. Sé bueno.