domingo, 28 de octubre de 2007

Hazlo

Imagen de Cuellar.


Déjame entrar.

4 comentaron:

Random Harvest dijo...

Curioso cómo algunas veces las frases oídas o dichas cambian de interlocutor.

Una frase parecida me la dijeron a mí hace un tiempo y ahora soy yo la que la dice. Es gracioso pensar que en su día no creí que se dijera con toda razón (no creí que hubiera tanta puerta cerrada) y ahora entiendo plenamente por qué me la dijeron.

UnaExcusa dijo...

Todos tenemos puertas cerradas. Yo pido que me dejen entrar. A veces entro sin permiso.

Mira qué gracioso, acabo de inspirarme.

Random Harvest dijo...

Que mira tú por dónde, que dije cuando puse el programa de mano de Recuerda en mi blog que es una película muy especial para mí, aunque me resulta muy poco fina, y que me siento demasiado identificada con la protagonista.

Y es que el Maestro ya lo hizo mucho antes que nosotras porque él también tenía sus chispacillos y alguna que otra puerta cerrada.

Recuerda

Que está en alemán, pero para el caso... lo que importa no son tanto las palabras, aunque las pondré aquí:

"Esta edición especial de "El
laberinto del complejo de culpa es de 750 copias, todas
firmadas por el autor."

- Es muy tarde.
- Iba a leer su libro otra vez. Me gustaría comentarlo... Nunca he comentadouna obra con el propio autor...Algunos de mis profesores escribían; pero no es lo mismo. Estoy muy nerviosa, ¿verdad?
- En absoluto.
- Creía que quería hablar de su libro. Me sorprende ese subterfugio... No quiero hablar de él.
- Comprendo.
- Es sorprendente descubrir que una no es la que creía. Yo siempre he sabido lo que pensaba...
- ¿Y ahora ya no?
- Es tan ridículo. Ha sido estúpido entrar aquí como una niña trastornada.
- Es encantadora.
- No me diga eso. Cree que he venido a escuchar esas cosas.
- Sé por qué ha venido.
- ¿Por qué?
- Porque ha pasado algo entre nosotros.
- Pero eso no pasa así, en un día.
- A veces pasa en un momento. Lo sentí esta tarde. Fue como una revelación.
- Rara vez ocurre. No entiendo cómo ha pasado.

Arwen dijo...

Jo, sagutxo, qué bonito.
Unaexcusa, a veces hay que entrar sin permiso para que el otro descubra que quería dejarte pasar.
Odio tener que pedir permisos...