sábado, 29 de septiembre de 2007

La revolución azafrán (Myanmar)

Visten de naranja, se han rapado el pelo y caminan silenciosos a pesar de los soldados, las balas y los toques de queda. Se les unen muchos, miles, porque recuerdan que los monjes servían como intermediarios entre el pueblo y los reyes; porque protestaron contra el colonialismo británico (y los ingleses se largaron, como siempre, por la puerta de atrás), para pedir una democracia y por la subida del precio de los carburantes. No hay dinero para sanidad ni para educación. Mucha gente no puede comer dos veces al día. Los militares son caros: es una ley histórica.

La llaman la revolución azafrán, pero aún no ha revuelto nada. Tampoco revolvió nada el arresto domiciliario de Ang San Suu Kyi, que dura cuatro años, ni una dictadura militar de décadas. Sólo que ahora ocupan las primeras páginas de los periódicos, se busca un gentilicio para los habitantes de Myanmar (a los que se les sigue llamando birmanos) y se habla de los monjes y su historia. De que a las protestas se las responde con trincheras.

Dentro de un tiempo, que será poco, Myanmar pasará a ser una columna en página par a la derecha. Con ciertos temas siempre ocurre lo mismo. Idéntico comportamiento editorial para Asia que para África: las dictaduras, el hambre, algunas guerras, sólo son noticia cuando no hay noticias.

6 comentaron:

Anónimo dijo...

Y qué triste que sea cierto lo que escribes. Pero, ¿quién sabe? A lo mejor esta vez hay más suerte y se remueven las conciencias que se tienen que remover para cambiar esto más rápido...

Anónimo dijo...

No preocuparse.

Continuando con su lucha sin descanso en defensa de la democracia, el tío George, con el apoyo implícito de dos ex-presidentes de gobierno europeos, liderará una coalición internacional para liberar al pueblo de Birmania de la dictadura de esos asesinos, tal y como se hizo en Irak, ¿no? Ah, no, que aquello fue otra cosa.

A lo mejor es que soy incapaz de ver el lado positivo de las situaciones o la posibilidad de que una situación como ésta mejore en el futuro, pero me da que van a hacer puré de monje al azafrán. Como para exportar. Y el mes que viene no se volverá a hablar de lo sucedido porque no saldrá en el telediario.

Qué hastío, madre.

(Disculpen el pesimismo. Viene de serie)

Anónimo dijo...

No sé, Arwen, yo en las conciencias removidas ya creo bastante bien poco...

m0ntaraz, brillante. Como siempre.

Anónimo dijo...

A mí es que la esperanza siempre es lo último que me queda y, quizás, me dura demasiado...

Anónimo dijo...

OCt. 2006: El dia antes de llegar a myanmar, estando en bangkok, leí en el diario el pais (que nos dejaron en la habitacion) sobre el reciente hallazgo en las costas birmanas de la reserva de petroleo mas grande de Asia. Luego de eso pense que seria cosa de tiempo para que USA (o el grupo de los 8) reclamara por los "derechos humanos" violentados por el gobierno militar.
De lo poco que pude experimentar la cultura birmana, las influencias Chinas e Indias sobre las 12 etnias agrupadas por los Ingleses bajo una sola bandera, me quede con la sensacion de que el comun entre todos era esa dicotomia permanente entre el caos y el orden, el apego a la paz y a la guerra ( los monjes son igual numero que los militares), una mixtura de valores que hace a los monjes organicen protestas, y a los militares aplicar la violencia. En 1989 los monjes tambien protestaron por el encarcelamiento de aung san, mataron a tres mil, no habia petroleo entonces. Para las 12 etnias (que viven en 12 zonas distintas) esta sera una mas de sus luchas y finalmente seran otros quienes ocupen el poder...

Es súbito interés de occidente tiene un nombre : Petroleo( lo demás es poesía para gente de a pie).

Anónimo dijo...

Arwen, obviamente, todos tenemos esperanzas (que es como un resquicio que siempre se busca, un pinchazo con alfiler en un globo: algo así dijo Hanna Arendt). Pero en cuestión de política internacional, nada de nada.

Mbg, desde Chile llegas (que te he visto) y bienvenida... Occidente siempre se interesa cuando hay dinero de por medio. Digo.