martes, 11 de septiembre de 2007

Ajedrez II


Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.
No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.
También el jugador es prisionero
(La sentencia es de Omar)
de otro tablero
de negras noches y de blancos días.
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿qué dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo, tiempo, sueño y agonías?
Jorge Luis Borges