Madrid. Donde las acciones de la gente anónima interesan poco. Donde los bares se reconvierten en multinacionales del ocio donde no se fuma y se bebe muy rápido. La ciudad luminosa. La promesa. La búsqueda de un lugar íntimo, de un grupo íntimo, de unas relaciones que te abarquen y con las que no sea difícil verse. La ciudad depredadora de los supervivientes. La que, sin embargo, tiene la capacidad, siempre, de hacerme sentir que soy, que estoy, en el centro del mundo.
Historias de Loach y Laverty
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Hay cine para todos los gustos. Algunos disfrutan de lo lindo con la
ciencia ficción y los efectos especiales, mientras que otros nos decantamos
por hist...
Hace 1 semana
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